lunes, 2 de mayo de 2011

DIA DE LA CRUZ


Orígenes día de la cruz
Religiosamente, parecen tener su origen en el hallazgo por Santa Elena de la cruz donde murió Cristo, pero lo cierto es que el arraigo popular de la fiesta proviene de ciertas celebraciones de los romanos.
La historia, con mucho de leyenda, narra como en el emperador Constantino I el Grande, en el sexto año de su reinado, se enfrenta contra los bárbaros a orillas del D’anubio, en una batalla cuya victoria se cree imposible a causa de la magnitud del ejército enemigo. Una noche Constantino tiene una visión en el cielo en la que se le apareció brillante la Cruz de Cristo y encima de ella unas palabras, "In hoc signo vincis" (Con esta señal vencerás). El emperador hizo construir una Cruz y la puso al frente de su ejército, que entonces venció sin dificultad a la multitud enemiga. De vuelta a la ciudad, averiguado el significado de la Cruz, Constantino se hizo bautizar en la religión cristiana y mandó edificar iglesias. Enseguida envió a su madre, Santa Elena, a Jerusalén en busca de la verdadera Cruz de Cristo. Una vez en la ciudad sagrada, Elena mandó llamar a los más sabios sacerdotes y logró hallar el lugar donde se encontraba la Cruz, pero no estaba sola. En el monte Calvario, donde la tradición situaba la muerte de Cristo, encontró tres maderos ensangrentados ocultos y para descubrir cuál era la verdadera cruz donde falleció Cristo, colocó una a una las cruces sobre personas enfermas, e incluso muertos, que se curaban o resucitaban al tocar la cruz que había sido la de Cristo. A partir de ahí nace la veneración a la Santa Cruz, ya que Santa Elena murió rogando a todos los que creen en Cristo que celebraran la conmemoración del día en que fue encontrada la Cruz.
Actualmente, la liturgia cristiana ha eliminado esta fiesta de su calendario, quedando unificada con la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, celebrada el 14 de septiembre, fiesta de origen similar.
Así se celebra en El Salvador
El Día de la Cruz se celebra en El Salvador el tres de mayo, siendo esta fiesta el resultado de la fusión religiosa entre la celebración española de la Santa Cruz que tiene raíces en la conmemoración del hallazgo por Santa Elena de la Cruz de Cristo, en época del Emperador Constantino y el tributo indígena a la madre tierra y al dios Xipe Tótec.
Esta fiesta es una tradición religiosa y marca la llegada de la temporada lluviosa y el nacimiento de las flores y de los nuevos frutos en El Salvador.
La Celebración se inicia en la víspera del 3 de mayo, colocando una cruz de “palo de jiote” Esta es adornada con papel de “china”, recortando en forma de “toallas, cortinas, cadenas, chorritos”, con fruta de la estación como mangos, jocotes, marañones, naranjas, cocos, aguacates y con flores de coyol.
El ritual de adorar la cruz se hace en la propia casa o en cada casa ajena que se visita: Se arrodilla uno y se persigna (hace la señal católica de la Cruz) y toma un fruto y se lo come.
Es importante mantener vivas las costumbres de El Salvador y transmitir a las nuevas generaciones el amor a la patria y sus tradiciones.
Historia
Antes de la llegada de los españoles, los indígenas ya rendían culto a la fertilidad de la tierra.
La celebración del 3 de mayo surge en el siglo II de nuestra era cuando santa Elena busca y encuentra en el calvario la cruz por la que murió Jesús, el Salvador. Una vez encontrada, dispuso la división del madero en tres partes: una fue enviada a Roma, otra a Jerusalén y la última a Constantinopla.
En el año 700, la que pertenecía a Jerusalén fue robada por los persas y fue devuelta en 1816 por el emperador bizantino Constantino. Ese día histórico fue el 3 de mayo y quedó esa fecha como Día de la Cruz.
Pero también, con la aparición de las primeras lluvias, se rendía culto a la fertilidad, a la madre Tierra y a la deidad de Xipe Totec, nuestro Señor El Desollado. Este dios fue muy importante en la época precolombina y es considerado como uno de los principales dentro del panteón mesoamericano.
El culto a Xipe Totec se efectuaba desollando una víctima cubriendo con su piel al dios. Así como con la lluvia, la tierra se cubre con un nuevo manto de vegetación, así era vestido el dios Xipe Totec con la piel de las víctimas.
Quizás un último remanente de este rito se ha resguardado en la costumbre tradicional de la celebración de la Cruz de Mayo, la cual se reviste con flores y frutos cuando las primeras lluvias los han hecho florecer. Esta debe ser elaborada del "palo de jiote", recordando el cambio de pie por otra, simbolizando la renovación de la vegetación.
porque el Día de la Cruz, dije mil veces Jesús, Jesús, Jesús..

Reseña Histórica
Tras haber sido una fiesta de carácter popular en tiempos prehispánicos, los ritos hacia la Cruz o Arbol de la Vida se transformaron en una fiesta cristianizada con la llegada de los españoles a nuestras tierras. En sus orígenes, la fiesta consistía en rendir culto a la fertilidad de la tierra con la llegada de las primeras lluvias.
Estos ritos estaban directamente relacionados con el dios Xipe Totec -"Nuestro Señor el Desollado"-, al que tras ofrecerle un sacrificio humano, le era colocada la piel del sacrificado, es decir, era su efigie cubierta con ella; la relación con la lluvia y la tierra, estriba en que con esto se representaba el hecho de que al caer las primeras las lluvias, la tierra seca, se revestía de nueva vegetación y frutos, dando vida. La relación de este dios con el palo de jiote que se utiliza para elaborar las actuales Cruces de Mayo, radica en que este árbol descascara su corteza y eso simboliza el cambio o muda de piel del dios antes citado, representado en ellas.
Para algunos estudiosos del tema, "quizás un último remanente de este rito se ha resguardado en la costumbre tradicional de la celebración de la Cruz de Mayo, la cual se reviste con flores y frutos cuando las primeras lluvias los han hecho florecer. Esta debe ser elaborada del “palo de jiote”, recordando el cambio de piel por otra, simbolizando la renovación de la vegetación".
Con el pasar del tiempo, la fiesta ahora cristianizada se reviste de mucho colorido y se ha constituido en una de las fiestas católico cristianas más importantes del año. Para nuestros abuelos, la advertencia siempre ha sido tajante, como cita un artículo de El Diario de Hoy, alusivo a la celebración: “Si el tres de mayo no se pone la Cruz en el patio, o si alguien toma una fruta de la Cruz sin antes persignarse, entonces el diablo va a llegar a bailar a su casa en la medianoche”. Agregamos a esto, la plegaria "de rigor" que los izalqueños más longevos dicen para que el diablo no llegue a bailar a las casas: “Vete de aquí Satanás / que parte en mí no tendrás / porque el día de la Cruz / digo mil veces: ¡Jesús, Jesús, Jesús...!”, y así de fácil el diablo no debería de asomarse.
En los patios de las casas y en el campo del Izalco Piadoso, se han de levantar altares en donde será colocada la Santa Insignia del Redentor. Los altares son adornados artísticamente, y en algunos casos, se elaboran alfombras primorosas, adornadas con flores y frutas de todos los colores. Estos altares de la Cruz están proclamando, además de la devoción cristiana, la exuberancia de la naturaleza y la plenitud de la primavera.                                          

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